Argentina va camino a registrar una mala cosecha de trigo por segundo año consecutivo debido a inconvenientes climáticos recurrentes.
Un modelo desarrollado por INTA, que muestra una estimación del nivel de agua en el suelo con respecto al máximo posible en los dos primeros metros de profundidad –el horizonte de exploración de las plantas–, muestra que la situación sigue siendo dramática en la mayor parte del sector oeste de la zona pampeana argentina.
En ese marco, el equipo técnico de la Bolsa de Comercio de Rosario redujo a 14,3 millones de toneladas la estimación de cosecha de trigo para la presente campaña. En 2022/23 la cosecha había sido de apenas 11.5 millones de toneladas.
En tanto, este jueves la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que el 42% del área del cultivo de trigo se encuentra en situación regular a mala versus un 32% la semana anterior, mientras que la mitad de la superficie nacional se encuentra ya en déficit hídrico.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) no prevé precipitaciones en las zonas afectadas por déficits hídricos al menos hasta el próximo 18 de septiembre, mientras que entre el 19 y el 25 de ese mes se registrarían aportes moderados de agua en gran parte de la región pampeana.
Este jueves finalmente se registraron heladas agronómicas en buena parte de las principales zonas cerealeras de la provincia de Buenos Aires. Los eventos más severos ocurrieron en sectores del oeste, centro, sudoeste y sudeste bonaerense.
En dichas zonas más de la mitad de la superficie de trigo se encuentra en la fase de encañazón y una porción minoritaria está iniciando espigazón, período en el cual el cultivo es especialmente sensible a las bajas temperaturas.
Además del daño acumulativo generado por los déficits hídricos y las heladas tardías, no puede descartarse que, con una fase ENSO “El Niño” instalada, se registren lluvias abundantes durante el período de cosecha del cereal que promuevan pérdidas tanto productivas como de calidad del grano.