Pablo Marcovecchio, Subgerente de Riesgos Agrícolas de LeaRisk, contó detalles de la labor del tasador de siniestros agrícolas, y evaluó el aporte de la tecnología a la tasación.
El Seguro en Acción (ESEA): ¿En qué consiste la labor del tasador de siniestros agropecuarios?
Pablo Marcovecchio (PM): La labor del tasador de siniestros agropecuarios se trata de un conjunto de acciones en las cuales debe aplicar sus conocimientos profesionales, sentido común, amabilidad, empatía con el asegurado y un poco de vocación docente para explicarle paso a paso como realiza la inspección.
El tasador cuando recibe la asignación de la denuncia se debe contactar rápidamente con el asegurado y coordinar la fecha de la inspección. El día pactado debe estar puntual en el lugar de la cita, explicarle al asegurado el método de muestreo y realizar la inspección en base al tipo de siniestro, al tipo de cultivo y las características del daño ocurrido, con la asistencia de las tablas de daños debe determinar el porcentaje de pérdida ocurrido.
ESEA: ¿Cuál es su experiencia?
PM: Yo comencé a trabajar en el ramo de seguros agropecuarios en el 2001, luego de la devaluación, una de las pocas cosas que quedaron en valor Dólar fueron los cultivos, que en ese momento comenzaron un ciclo de alza de precios internacionales y produjo realmente un boom del sector agrícola. Hubo años de mucha lluvia, inundaciones y años de sequía extrema. En la Campaña 2012-13 tuvimos una de las mayores granizadas en 50 años a lo cual las Aseguradoras respondieron responsablemente. El seguro Multirriesgo comenzó a tener un desarrollo incipiente durante un tiempo, pero nunca pudo imponerse de forma masiva como el seguro de Granizo.
Desde hace 8 años trabajo en el Estudio LEA coordinando las inspecciones del ramo agrícola, auditando las inspecciones y realizando capacitaciones a nuestros tasadores, a productores y a las aseguradoras que lo solicitan.
ESEA: ¿Lo mejor y lo peor del trabajo de tasador?
PM: Lo mejor del trabajo de tasador es poder trabajar al aire libre, participando y acompañando la producción agropecuaria, como colaboradores de la actividad aseguradora que es encargada de indemnizar los siniestros, dando continuidad a la empresa agropecuaria en medio de tantas dificultades climáticas y económicas.
Lo peor es que a veces las condiciones climáticas no ayudan, el calor, el frío, el barro, el sol intenso juegan en contra, y en algunas ocasiones te podés encontrar con asegurados que están pasando un mal momento y son difíciles de tratar.
ESEA: ¿Cómo ha evolucionado la tecnología en este sector?
PM: La tecnología avanza y vamos siguiendo las novedades, nosotros hacemos las tasaciones con una aplicación propia, desde una Tablet, que permite tener trazabilidad de la inspección. Mediante esta aplicación el tasador recibe toda la información del siniestro, registra la fecha que coordina para la tasación, realiza la tasación y envía la información cuando finaliza el trabajo. A esta aplicación constantemente le estamos haciendo mejoras e incorporando novedades tecnológicas.
En cuanto a las imágenes satelitales, la innovación es constante, nos vamos actualizando y mejorando la información que podemos recabar antes de ir al campo, y en el análisis posterior. Estos datos luego los incorporamos en los informes que se envían a las Compañías.
ESEA: ¿Usan drones?
PM: Contamos con drones para facilitar la inspección de algunos cultivos difíciles, por ejemplo al inspeccionar daños de viento en girasol, que es un cultivo muy alto y no permite ver los daños en el interior del lote cuando se observa desde afuera, en cambio mediante el uso de un dron podemos tener un panorama completo del lote, visto desde arriba, que facilita luego el muestreo en detalle realizado por el tasador.
Pero el uso de drones es poco frecuente. Los drones no sirven en todos los casos. Por ahora no hay tecnología que pueda reemplazar la experiencia y el análisis del tasador, ya que es necesario revisar cada planta en particular, contar los granos, los nudos perdidos, la defoliación, las marcas de los golpes de granizo en los tallos y otros daños con criterio profesional.
ESEA: ¿Cuánto mejoró la tecnología en esta área?
PM: En los años 90’ el tasador solamente hacía la inspección del cultivo con la escasa información que recibía: un croquis a mano alzada, la cercanía de alguna localidad, el tipo de cultivo, un teléfono (de línea) y el nombre del asegurado, y con esos datos debía ubicar el campo, determinar si era el lote asegurado, realizar la tasación y confeccionar un acta en papel. Luego, con el tiempo, se fue incorporando masivamente el uso de fotografías digitales, teléfonos celulares, navegadores satelitales (GPS), imágenes satelitales, aplicaciones en dispositivos portátiles específicas para las realizar las tasaciones, etc. Todos estos avances han permitido mayor precisión, seguimiento y transparencia de las inspecciones agrícolas.
Hoy en día se puede tener la certeza que el lote inspeccionado es el asegurado, mediante el uso del GPS, no quedan dudas. Con las imágenes satelitales se puede observar el estado del cultivo antes y después del siniestro. Las aplicaciones específicas para tasar, tienen incorporadas las Tablas de daño de los diferentes cultivos en las distintas etapas fenológicas, realizan los cálculos de los daños acumulados y permiten la trazabilidad de la inspección de manera casi inmediata.
ESEA: ¿Cuánto ha mejorado la definición de las imágenes que se utilizan para tasación de sinestros?
PM: La definición de las imágenes satelitales ha mejorado muchísimo, en nuestro caso contamos con un servicio especializado que nos provee imágenes de alta resolución. Aunque por el momento la elevada nubosidad sigue siendo una limitante generalizada que dificulta la observación satelital y es un tema que la tecnología deberá resolver.