“Un ajuste técnico y riguroso de daños permite tarifas estables y competitivas”.

El Seguro en Acción (ESEA): ¿Cómo evalúa la situación actual del seguro agropecuario en la Argentina?

Santiago Cabral (SC): Entendemos que estamos atravesando una situación de impasse, un amesetamiento en cuanto a la relación superficie asegurada versus la sembrada que aparenta ser estructural. Tres años consecutivos de sequía afectaron buena parte de la zona núcleo productiva, y cuando los cultivos no están en buen estado, en general las pretensiones de aseguramiento se reducen. Las diferentes compañías que operan en el mercado han tratado de incursionar con modalidades novedosas sobre el riesgo sequía, obteniendo resultados negativos que no hacen más que confirmar las dificultades de abordaje hacia este evento. Dichos resultados complican y desalientan a su vez al mercado reasegurador, golpeado no solo en Argentina sino en otros países en los cuales intervienen en Latinoamérica, generando en consecuencia un porvenir de ajustes técnicos frente a un pronóstico climático que augura buenas lluvias, esto es, la expresión extrema de lo tantas veces advertido de selección adversa temporal.

En contrapartida, al menos desde nuestra compañía, ha comenzado a dar sus frutos todo el esfuerzo puesto en el ámbito pecuario, y las diferentes coberturas desarrolladas a tal fin ya empiezan a experimentar una expansión comercial de consideración.

ESEA: ¿Cuáles expectativas tienen para el desarrollo del seguro agropecuario en la Argentina en el ciclo 2023-2024 y por qué?

SC: Las expectativas seguramente irán montadas sobre lo climático. En caso de cumplirse los pronósticos de lluvias por encima de lo normal, seguramente implicará buenos cultivos y con ellos la animosidad de asegurarlos por sendas causas, por un lado, el aumento de las probabilidades de tormentas y, por otro lado, la posibilidad concreta de absorber el costo en un contexto de altos potenciales de rendimiento.

Como la palabra desarrollo no refiere exclusivamente a crecimiento de área y suma asegurada, es de suponer que se continúen viendo avances en cuanto a la gestión y los impactos del cambio tecnológico en la misma. En nuestro caso particular dimos cuenta la campaña pasada de la incorporación de los dispositivos móviles para las evaluaciones de siniestros de peras y manzanas en el valle de Río Negro, y se avanzará durante la campaña que se avecina en la provisión anticipada para nuestros tasadores, de mapas de áreas homogéneas de daño generados desde imágenes satelitales. La razón por la cual hacemos foco en un sistema de aseguramiento continuo de la calidad en las evaluaciones de siniestro se sustenta en el convencimiento de que un ajuste técnico y riguroso de los daños es la mejor garantía de ecuanimidad para poder llegar a cada zona comercial con tarifas estables y competitivas.

Asimismo, reafirmando lo escrito en la primera respuesta, la estrategia de desarrollo continuará apuntalando los nuevos objetivos de acompañar con decisión los sistemas productivos bovinos, porcinos, equinos y avícolas.

ESEA: ¿Cómo le fue a La Segunda en la Campaña agropecuaria 2022-2023 y cuáles expectativas tienen para el ciclo 2023-2024?

SC: Por efecto de la volatilidad de precios hubo un incremento significativo en valores absolutos de primas, pero los factores climáticos terminaron generando una reducción del área asegurada cercana al 12%, esto es unas 600.000 ha. menos respecto a la campaña anterior. Sumado a esto, el ejercicio estuvo signado por una particularidad que fue la gran cantidad de movimientos efectuados en la suscripción para reducir suma asegurada por efecto de la sequía en vastos sectores del país. Los mismos casi se quintuplicaron respecto a lo ordinario, resultando ser cerca de diez mil y representando una caída de la suma asegurada global de aproximadamente mil millones de pesos. Desde el punto de vista de los siniestros ocurridos, la campaña también fue especial, si se toma en cuenta que por primera vez el riesgo heladas superó en porcentaje de denuncias a granizo en una relación de 57% a 39%, lo cual provocó que el histórico pico de eventos amparados del mes de diciembre se anticipara a octubre. Los resultados globales de siniestralidad fueron buenos, en los alrededores del 60% pero, como es de suponer por lo antedicho, en la desagregación de cultivos, los de invierno se vieron mucho más afectados que los de verano con resultados de siniestralidad respectivos del orden de 173% y 24%.

En cuanto a las expectativas para el próximo ciclo consideramos que existen elementos alentadores para el ámbito de negocio que nos ocupa, ya que los buenos pronósticos climáticos auguran cultivos de alta potencialidad de rendimiento expuestos a riesgos de tormentas severas.

ESEA: ¿Cuál es la estrategia de los productores de seguros especializados en agroseguros para llegar al productor agropecuario? ¿O que sugieren uds. a los PAS en ese sentido?

SC: En este sentido podríamos decir que nuestra cooperativa cuenta con dos grandes ventajas, por un lado, sus 90 años de recorrido que traen aparejados una identificación muy fuerte de marca en todo el territorio nacional, atravesando y en boca de nuestros propios asegurados, dos y hasta tres generaciones; y por otro lado su pertenencia directa al sector agropecuario basada en su hermandad con la Asociación de Cooperativas Argentinas. En consecuencia, nuestra sugerencia a todos los integrantes de la organización tiene que ver con honrar la historia y la confianza construida a partir del espíritu cooperativo de nuestros socios fundadores y ejercer una escucha atenta que haga foco en los niveles de satisfacción de los servicios prestados actualmente, así como también en la generación de aptitudes para comprender la dinámica de cambios y demandas nuevas a desarrollar e investigar.

ESEA: Brevemente, ¿puede describir lo más importante de las coberturas de su compañía para el sector agropecuario? ¿Qué diferencia a sus coberturas para el sector agropecuario?

SC: La Segunda se caracteriza por ofrecer distintos combos de riesgos nominados, con epicentro en granizo, helada y viento y sus combinaciones posibles, y complementa con adicionales de incendio de cultivo y de rastrojo, así como también de planchado de suelos. Ofrece coberturas de resiembra que amparan distintos porcentajes de la suma asegurada al igual que otros participantes del mercado, y sostiene su histórico diferencial de aquella que acompaña al ciclo evolutivo del cultivo.

Asimismo, ha mantenido durante estos últimos tres años de sequía la prueba piloto por telemetría, de la misma manera que lo ha hecho con sus operatorias de frutales de pepita y carozo, cítricos y arándanos.

Párrafo aparte merece el esfuerzo hecho en el sector pecuario, ámbito en el cual nuestros asegurados comienzan a encontrar respuestas en coberturas de vida y vida reproductiva bovina, vida para engorde a corral, potrillo nacido vivo, vida para equinos y sus adicionales de transporte y alta complejidad quirúrgica, vida para porcinos y riesgos climáticos, enfermedades, y rotura o falla de maquinaria para el sector avícola.

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